Reunión Plan Fuerteventura 2014 M.Cedenilla.  (764)

EL SIGLO QUE SE NOS FUE

Si algo ha caracterizado al siglo XX, ha sido sin duda por su belicosidad y poder de destrucción. Dos guerras mundiales e incontables conflictos bélicos, civiles, regionales, genocidios, carreras armamentísticas, bloques y alianzas, bombas de destrucción masiva, la era nuclear, dictaduras, hambrunas, desigualdades sociales, desplazamientos masivos de población, persecuciones, refugiados, y un largo etc.

En el aspecto ambiental el siglo no ha resultado menos impactante. El gran desarrollo tecnológico volcado en el dominio de la naturaleza. La sobre explotación de la tierra y los mares, la destrucción de los bosques primigenios, la ocupación y perdida de hábitats primordiales, el desarrollo de industrias muy contaminantes, la energía nuclear, el uso masivo de pesticidas CFC en una agricultura intensiva de monocultivo, la quema ingente de combustible fósil, emisiones de CO2, el efecto invernadero, la capa de ozono, el calentamiento global, la pérdida de biodiversidad y ecosistemas a un ritmo insostenible….

Y numerosas especies desapareciendo o a punto de extinguirse, como la foca monje del Mediterráneo. Entre los años 50 y 90, casi fueron eliminadas de las costas del Mediterráneo occidental de forma intencionada, por artes de pesca destructoras y por el desarrollo urbanístico y turístico del litoral. La intensa actividad pesquera en los 70 las diezmó en las aguas del Sáhara. Recluidas y en pequeños núcleos poblacionales, apenas sobreviven unos 600 ejemplares entre el Atlántico oriental y el Mediterráneo.

Pero el siglo XX también ha sido el de la concordia, el de la toma de conciencia, el de la alianza de civilizaciones, el de las asambleas planetarias de las Naciones Unidas, el de la invención de la ecología, la biodiversidad, las áreas protegidas y el desarrollo sostenible. El de las ONG para lo humano y lo natural. Convenciones, convenios, acuerdos, directivas, normas internacionales, leyes en todos los ámbitos para enmendar, reparar, recuperar, restablecer lo destruido. Cada vez más áreas protegidas en tierra y en el océano, numerosas especies salvándose in extremis de la extinción, la armonización de los social con lo natural, la integración y el usos sostenible del planeta con el desarrollo humano.

El nuevo siglo brinda a la humanidad la posibilidad de rectificar, de encontrar los paradigmas imprescindibles para su continuidad como especie en el único planeta conocido donde la vida ha surgido en tan emotiva y espectacular diversidad y variedad de formas. El Homo sapiens, como especie dominante, tiene en este siglo XXI la oportunidad de reconciliarse con el planeta y con la inmensa biodiversidad que alberga si quiere mantenerse en él.

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