La costa en la que se localizan las cuevas de cría está formada por acantilado y playas. El acantilado es muy frágil y los derrumbes suponen una grave amenaza para la especie.

¡La sorpresa que se han llevado los agentes de conservación que trabajan al norte de la “Reserva Costa de las Focas”!

En esta zona también trabajamos en el seguimiento del uso del hábitat en áreas potenciales para la expansión de la foca monje del Mediterráneo. Este seguimiento se realiza mediante recorridos por el acantilado, encuestas a pescadores, y el monitoreo de cuevas y playas con cámaras de fototrampeo.

Las cámaras se revisan una vez al mes; en la revisión de octubre se encontró que un derrumbe había “sepultado” literalmente una de las cámaras. La cámara estaba instalada en una cueva que, aunque ya había sufrido un derrumbe parcial del techo, tenía condiciones para que una foca entrara a descansar sobre el fondo de arena.

Las cámaras las tenemos instaladas de dos formas; directamente fijadas a la pared de la cueva o en el interior de un bidón que le confiere mayor protección y facilita su manejo.

Bidón con cámara en la entrada de la cueva



Cámara dentro del bidón

Ahora, no solo hemos perdido una de las cámaras sino que también hemos perdido este “hotel” de descanso porque el derrumbe ha bloqueado la entrada al fondo de la cueva.