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Energía para desarrollar nuestro trabajo en la “Costa de las Focas”

¿Qué tiene que ver algo, aparentemente tan prosaico como la electricidad, con la conservación de una de las especies de mamíferos más amenazada del mundo?

Seguramente no mucho, excepto que en este blog queremos reflejar lo más fielmente posible las condiciones en las que se desarrolla día a día nuestro trabajo con la foca monje, los problemas a que nos enfrentamos y las soluciones que se han encontrado a lo largo de los años.

Obviamente hasta la Costa de las focas no llega la red eléctrica. Y esperemos que siga siendo así. Sin embargo el trabajo que se realiza allí, requiere de un suministro seguro de este tipo de energía.

Necesitamos electricidad para trabajar con las cámaras instaladas en las cuevas de cría, grabar y procesar imágenes, recargar todo tipo de baterías y utilizar herramienta eléctrica para los diversos trabajos que se hacen en la reserva. Necesitamos también de esta energía para la vida cotidiana en el campamento. Para que los vigilantes y los técnicos del programa de conservación de la foca monje puedan tener unas condiciones de vida aceptables, con iluminación por las noches o un refrigerador para conservar los alimentos, entre otras cosas.

Por tanto desde el principio hemos tenido que generar nuestra propia energía eléctrica, in situ, sobre el terreno.

Y afortunadamente hemos mejorado con el tiempo. Atrás han quedado los años 90 cuando obteníamos la electricidad por medio de generadores de gasolina, una fuente constante de averías debido a las duras condiciones de la zona, además de otros problemas como el ruido y el consumo de combustibles fósiles.

Así que buscamos soluciones más acordes con la ética del Programa de Conservación de la foca monje y, de paso, la situación mejoró sustancialmente. Los generadores de gasolina fueron sustituidos por 2 instalaciones fotovoltaicas, apoyadas por un pequeño aerogenerador. Una de ellas para abastecer de energía a los equipos de vigilancia del entorno de dos de las cuevas de cría y la otra, instalada junto al campamento y de mayores dimensiones, para todo lo demás.

Desde entonces se ha seguido mejorando. Pero lo más importante es que no se han vuelto a utilizar los generadores de gasolina. Desde entonces toda la energía eléctrica que se utiliza en la Costa de las Focas es totalmente limpia y renovable. Procede de algo siempre presente en este lugar, una fuente inagotable y natural: el sol y los vientos alisios. Lo cual resulta mucho más práctico y de paso más consecuente con nuestra forma de entender la vida.

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