Intervencion C1-MH- 012

La colonia de focas de Cabo Blanco puede considerarse, por fin, “cerrada”

Desde hace 20 años las focas de Cabo Blanco se han monitorizado de forma continuada e intensa y a lo largo de todo este tiempo se ha alcanzado un nivel de conocimiento de la colonia muy superior al que se tiene de cualquier otra población de foca monje del mediterráneo.

Creemos que por primera vez se podría afirmar, que estamos ante una población de esta especie que se puede considerar “cerrada” desde el punto de vista demográfico y geográfico, entendiendo el significado de este término en un sentido amplio y no estrictamente técnico.

Vamos a profundizar un poco en esta afirmación.

Desde un punto de vista técnico y demográfico, es correcto decir que la población es cerrada, porque parece claro que no hay movimientos migratorios de individuos desde o hacia otras poblaciones de esta especie. Por tanto, sólo los nacimientos en las cuevas de cría y las muertes en cualquier momento del ciclo vital, implican la incorporación y salida de ejemplares de la población.

Por otro lado, podríamos considerar la población cerrada, en cuanto a que actualmente está bien controlada en su conjunto. Esto es así porque ya están identificadas prácticamente todas las focas y se hace un seguimiento de los principales parámetros demográficos de la población con un nivel muy alto de precisión y fiabilidad.

Desde un punto geográfico pasa algo similar.

Por primera vez se conocen bien los límites del área con presencia y actividad de focas, están localizadas y monitorizadas todas las cuevas de cría y se han inventariado el resto de cuevas en todo el tramo litoral con presencia de focas. En definitiva, se conoce hasta dónde llegan las focas de la colonia y sus patrones de desplazamientos.

Todo ello queda prácticamente delimitado en un área que abarca unos 80km hacia el norte y hacia el sur de las cuevas de cría y 25 millas mar adentro. ¡Lamentablemente es un área muy pequeña, rodeada de un enorme espacio vacío de focas! De hecho, más allá de estos límites, también se ha prospectado el litoral y no se ha encontrado nada. Parece evidente que no vuelve a haber focas hasta llegar al archipiélago de madeira o a las poblaciones del mediterráneo.

Considerar a la colonia de foca monje de Cabo Blanco como una población cerrada tiene importantes implicaciones. Por un lado facilita el seguimiento del estado de conservación de la colonia a lo largo del tiempo y ayuda a interpretar mejor los datos. Por otro, permite concentrar las medidas y esfuerzos de conservación en un ámbito geográfico bien delimitado y conocido.

¡Ahora más que nunca tenemos conocimientos y herramientas técnicas para mejorar la situación de esta especie!

Pero ahora más que nunca, somos conscientes también de la fragilidad de la población de focas de Cabo Blanco y lo reducido del área geográfica que ocupan.