El siglo empieza para nosotros con dos celebraciones a destacar. Por un lado, que cada vez hay más focas monje criando en las colonias de Cabo Blanco y Madeira en el Atlántico. Un resultado esperanzador que tuvo su origen en la propuesta, en 1999, de Luís Mariano González, del Ministerio de Medio Ambiente de España, al consejo científico del Convenio de Especies Migratorias (CMS/UNEP) de crear un Plan de Acción para la Recuperación de la Foca Monje del Atlántico Oriental. Y que se consolidó en 2007 con la firma del Memorándum de Entendimiento (Mou) del Plan de Acción en Tenerife por los ministros correspondientes de los cuatro países que lo suscriben: Mauritania, Marruecos, Portugal y España.

En dicho Plan se declararon 15 Zonas de Especial Conservación para la recuperación de la foca monje, ZECFM, formando una red y coincidentes con áreas marinas protegidas costeras de los cuatro países implicados. De las cuales, 5 están en las costas de Fuerteventura y Lanzarote.

A lo que suma y refuerza la reciente declaración por el ministerio de medio ambiente de España, del Lugar de Interés Comunitario (LIC), de la Unión Europea para incrementar la Red Natura 2000, del espacio marino ESZZ15002 del oriente y sur de Lanzarote-Fuerteventura

 Un propuesta fruto del proyecto de investigación y conservación INDEMARES que  incrementará para España la superficie de la Red Natura 2000 de ámbito marino en más de 14.000 Km2, consiguiendo que el 8% de sus zonas marinas estén protegidas y contribuir así a la mejora de la biodiversidad marina.